Lluvia Y
Rimmel
Los puños se clavan a las sábanas
su boca mordida
la
queja apenas
Él la ama así
muda
ella lo sabe
por eso enciende la luz frente al
espejo
y
para salvarse
para no morir
se abre toda rouge y sangre
en una sola mueca
Ella no obedece luna alguna
se recorre sola
penitente
masturba su imagen
y adicta a su herida
llora puñaladas
Él quiere encender eternidad
en su ombligo descalzo de mujer
recorre esa aridez
y la envuelve
hasta hacerla trapo paloma y tanto
beso
Mientras
ella se somete a su antojo
pubis esclavo bajo esa lengua de
bronce
y su matriz espina pájaros
bajo los brazos de la lluvia
La noche avanza
con tatuaje de ébano en los ojos
porque ellos se aman así
a pura lágrima
contra la pared en fuga
y cuando despierten
ella sacudirá
de la sábana al sol
esos puños de acíbar
Encono
Es un gesto que se pare
ese de hacerse contorsión
y oler su sangre
Sabe que ayer fue roca pierna y beso
bamboleo jadeante apeándose de él
desde ningún destino
que ansió ser uno
y pubis
y aguardiente
Hoy
debe rociar su frente
de aceite y alabastro
socavar el lecho y el azogue
Mueven sus caderas los ángeles de
viento
(Ella ha calzado sus formas de
preñez)
y alza el vaso para crucificar el
coito
en una pancarta que grite
la avenida de su nombre
Bambalinas
Hay algo en la aceptación de ese nombre
que la mueve hacia
el olvido
un mirar antropófago
hacia la silueta
sepia/ajada de su rostro
Siente ahora el resabio de tu lengua entre los dientes
pero no hay imagen ni voz en la memoria
Está saboreando un trozo de salmón
y le repele el recuerdo de esa pelvis apretada
Toma un sorbo de whisky
escocés
del mejor
y un cúmulo de cucarachas escupe
miel sobre su escote
Derribemos las trastiendas
La noche intenta prolongarse
en el vagido de las sábanas
y no sé por qué estamos hablando de esto
en la lavandería de la
esquina
De moras en
los ojos
Vestida de frío
cruza la calzada del
sol
No lo ve
La
arena es álgida
y protege las nervaduras de su cielo
Ella eleva tres fotos
que hoy resultan intrusas en su almohada
profecía tal vez
sobre una piel
demasiado blanca
Por eso bebe de
memoria
aquella imagen que
sabe de fragmentos
Es imperfecta su soledad
Bajo la sombra de cualquier esquina
puede alumbrar de ágata el pasado
Dejar De
Ser
Quieta divisoria conduce a la caída
Desciende
a
inhalar hondo
su
propia gestación
Todo es silencio
y un jadeo inútil
que profundiza la asimetría de los cuerpos
Cada porción de piel construye el
infinito
Los límites se expanden
como si huyeran
avergonzados
del residuo que dejan en el otro
Mueca innominada
"Salir
requiere mil disfraces"
De Las
Rejas
La mañana no quiere alzarse del
bostezo
Persiste la resaca del amor
-una cuchilla que dibujó fronteras entre los muslos-
Llueve un agujero en el alma de Dios
Él la quiere niña
virgen otra vez para sostenerle los ojos
para que abrigue su eternidad
del cansancio de seguir a tientas
buscándola
Circular
Es una muerte lenta
tomar la copa y desbeberla
vestirse del orgasmo a la cordura
desabrazarse del temblor
hacia el ascético saludo en mangas
de camisa
Es inútil pretender encadenar la
arena libre
o demorar la semilla
Así avanza la vida
o la muerte
- es lo mismo-
equivocándose una y otra vez
queriendo ser salto
y por qué no orilla
Una y Mil Veces
a Enrique Blanchard
Juré no volver a escribir
pero acá estoy
encadenada a ese círculo de ébano
Un poema para quién
o para qué
si una vez más
me amortajo a la blancura
Rea de tu red
me hago
antifaz
No quiero sumergirme en otra temporada
ni hacer símbolos de mis ebriedades
Como un barco
naufrago
otra
vez en mí
y me aburre
tanto